DESCUBRE UN TESORO INVALUABLE

Santa Catalina te invita a emprender un viaje donde cada rincón guarda una historia por descubrir. Explora su vibrante cultura local, maravillas naturales impresionantes y encuentra la felicidad que solo la vibra de este hermoso lugar puede darte.

¿QUE HACER EN TEMPORADA DE LLUVIA?

COIBA PARAÍSO OCULTO QUE DESPIERTA CON LAS LLUVIAS

Cuando las primeras lluvias caen sobre Coiba, la isla se transforma. Todo brilla, todo respira. La selva espesa cobra vida con una intensidad que parece salida de un sueño. Los colores se vuelven más profundos, los sonidos más nítidos. Es una sinfonía natural que envuelve y asombra.

Pero la verdadera maravilla de Coiba no está solo en sus playas vírgenes, sino bajo el agua. En temporada de lluvias, el mar ofrece condiciones ideales para bucear y hacer snorkel. Las corrientes se calman, la visibilidad mejora, y la vida marina se muestra en todo su esplendor. Nadar entre bancos de peces, tortugas, rayas y tiburones es una experiencia que deja sin palabras.

Este parque nacional, Patrimonio Natural de la Humanidad, guarda uno de los ecosistemas más ricos y mejor conservados del planeta. Explorar Coiba es adentrarse en un mundo que se ha mantenido casi intacto por siglos.

En cada gota de lluvia, en cada ola que rompe suave contra la costa, hay una historia que se cuenta en silencio. Coiba no se visita. Se vive. Se siente. Y en temporada de lluvias, revela su alma más pura.

LA PUNTA, SANTA CATALINA
LA OLA QUE NUNCA DUERME

En el corazón del Pacífico panameño, La Punta de Santa Catalina guarda una de las olas más consistentes y legendarias de Centroamérica. Este point break de izquierda, largo y poderoso, ha sido por años la meca de surfistas que buscan calidad, constancia y carácter.

Durante la mayor parte del año, las olas en La Punta rompen con precisión. Pero es en la temporada de lluvias, entre mayo y noviembre, cuando la naturaleza eleva el nivel: los swells del sur entran con fuerza, el mar cobra vida y la ola se vuelve aún más desafiante y emocionante. Para quienes aman la adrenalina del surf, este es el escenario perfecto.

Y sin embargo, Santa Catalina también sabe ser calma. Entre sesión y sesión, el paisaje tropical y la tranquilidad del pueblo invitan al descanso. La lluvia refresca el ambiente, los atardeceres son intensos, y la conexión con la naturaleza es total.

Santa Catalina no es solo una ola. Es una experiencia completa: intensa, auténtica y profunda. Una mezcla única de energía y paz, ideal para quienes buscan algo más que surf. En cada ola, en cada silencio, hay algo que te transforma.

GASTRONOMIA

SANTA CATALINA, UN DELEITE CULINARIO PARA TODO LOS SENTIDOS

Por: Vicky Mogensen

No te dejes engañar por las apariencias. Este no es el típico pueblo de playa que solo ofrece unos cuantos tacos, hamburguesas o pescados fritos. Comer en Santa Catalina es todo lo contrario. Desde sus humildes comienzos, este pequeño, tranquilo y hermoso pueblo costero ahora alberga más de 20 restaurantes. Muchos están escondidos, así que tendrás que explorar o preguntar para encontrarlos, lo cual es parte de la aventura.

Con chefs provenientes de España, Italia, Francia, Argentina, Venezuela, Colombia y Panamá, prepárate para quedar sorprendido por la variedad y calidad de la cocina que se ofrece. Desde ceviches de inspiración peruana, pizzas italianas al horno de leña y parrillas argentinas hasta tapas españolas. Además, una gran abundancia de mariscos frescos y deliciosos en restaurantes que, en su mayoría, son locales y operados por sus propios dueños.

El pescado fresco, capturado diariamente por pescadores locales, incluye pargo rojo, róbalo, langosta, atún, mahi mahi, wahoo, camarones y langostinos, todos servidos en los restaurantes locales con sabores únicos y variados.

Y para los amantes del dulce, puedes disfrutar de helado y sorbete italianos artesanales y pasar el rato en una cafetería adorable con postres caseros.

Desde cocinas humildes, los chefs preparan y presentan cada plato con tanta pasión, estilo y creatividad que podrías pensar que estás comiendo en un restaurante de ciudad. Ten en cuenta que estás comiendo al aire libre, probablemente en chanclas y con la brisa fresca del océano en tu rostro. ¿Hay una mejor manera? Nosotros creemos que no.

Ven a visitarnos y pruébalo tú mismo.